Una de las 8 películas que componen la colección "Libertadores" sobre los héroes de la independencia latinoamericana. Producido por Wanda Films & Lusa Films. Co-producido por TVE.

sábado, 7 de noviembre de 2009

El Argumento de la Película


En 1884, le encargan al famoso pintor uruguayo Juan Manuel Blanes que haga un retrato de José Artigas, un hombre que llegó a crear una “Liga Federal” en Uruguay y Argentina en la segunda década del siglo, en el marco de la gesta independentista de América, pero que luego fue derrotado y denostado durante 64 años. De Artigas apenas se conoce El rostro a través de un dibujo de pocos trazos realizado en su vejez, por lo que Blanes debe imaginarlo por intermédio de sus ideas y la peripécia de su vida.
Entre los materiales que le entregan para “descobrirle” sus facciones, Blanes encuentra los apuntes de un tal Guzmán Larra un ex espía español contratado por el triunviro porteño Manuel de Sarratea, para que asesine a Artigas, El jefe rebelde de los orientales que no se somete a la hegemonia de Buenos Aires y que está acampado en el Ayuí, al norte de lo que es hoy Uruguay. Haciéndose pasar por periodista de un diário de Estados Unidos, Larra cruza El Río de la Plata rumbo a Montevideo, donde comenzará a conocer a Artigas a través de sus enemigos y detractores, por intermédio de sus admiradores y por las huellas físicas que há dejado el êxodo del pueblo oriental, en el camino AL Ayuí, cuando Artigas, traicionado por los porteños, abandono el sitio a Montevideo, que continúa em poder de los realistas españoles.
Cabalgando por el território donde pasó el êxodo, descubre los despojos Del abandono, un pueblo vacío, la zona de la Banda Oriental controlada por los españoles, la de los índios y el área hostigada por los portugueses: es en esse âmbito donde se gesta El artiguismo.
Camaleónico, el perseguidor se va adaptando a sus interlocutores y a las circunstancias, para llegar al campamento Del Ayuí.
Cuando llega, le impacta ese “éxodo quieto” con 8.000 personas, donde se mezclan famílias y guerreros, multirracial y diverso, en aparência caótico pero al mismo tiempo militarizado. Le sorpreende la cultura rebelde y orejana del gaucho suelto, demasiado destro con el cuchillo y el caballo; la austeridad y el desprendimiento de los criollos, que dejaron todo por una Idea remota; la exuberância colorida de los quilombos negros, que se arraigan El terruño aunque fueron transplantados de otros universos y la íntima comunión del indígena con la naturaleza, al punto que forman un solo paisaje. Allí es donde Larra conocerá al enigmático personaje que debe asasinar. Larra se internará cada vez más en ese mundo provisório, un campamento donde la violência se roza con la inocencia de una sociedad en gestación, donde todo está por crearse y lo único cierto es que es patas para arriba del mundo convencional.
Poco a poco, Larra comienza a dudar de su misión. Este ex espía cínico preso en circuntancias que lo obrigan a matar, se va habituando al gaucho, al mestizo, al índio, a una sociedad al aire libre, pautada por la traición y la incertidumbre.
El pintor Blanes termina comprendiendo cual es el trazo que define a su retratado: un aspecto que estaba más lejos de lo que suponian sus contemporáneos

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